Románico Norte aplica nuevas tecnologías a la restauración de la iglesia de Becerril del Carpio

El Plan Románico Norte, promovido por la Junta de Castilla y León, ha puesto en marcha en la iglesia de San Pedro, en Becerril del Carpio, el Proyecto para la Monitorización de las Iglesias Románicas de la Merindad de Campoo (MIro). Un sistema pionero que combina el conocimiento del Patrimonio con las innumerables posibilidades nacidas de las nuevas tecnologías, alcanzando así un nuevo concepto de conservación. El Plan Románico Norte, que aborda la restauración de 54 iglesias románicas, en las provincias de Palencia y Burgos, busca en sus actuaciones la conservación preventiva de los templos, intentando reducir al mínimo las actividades de restauración. Siguiendo esta línea de intervención, los técnicos de la Fundación Santa María la Real han desarrollado el Proyecto MIro, un sistema remoto de monitorización de las condiciones ambientales, estructurales y de seguridad del patrimonio. Las condiciones ambientales inadecuadas, los problemas estructurales de los edificios y los daños causados por la acción humana son los tres principales agentes de deterioro de los templos. Desde el Proyecto Miro, se vigilarán estas variantes y se tomarán medidas correctoras en los casos que así lo requieran. La finalidad de este sistema es múltiple. Por un lado, los datos obtenidos ayudarán a la toma de decisiones en la fase de proyecto, puesto que permitirán un mayor conocimiento del estado real del inmueble en el que se va a intervenir. Tras la ejecución de las obras, el control de estos parámetros se transformará en una indispensable herramienta de conservación, tanto de los propios edificios como de los bienes muebles en ellos albergados. La detección instantánea de pequeñas anomalías posibilitará, mediante intervenciones menores, el correcto mantenimiento del patrimonio ya restaurado.
Primeras pruebas
La primera intervención de este pionero sistema de monitorización se realiza desde mediados de 2007 en la iglesia de San Pedro de Becerril del Carpio, en Palencia. Durante la realización del levantamiento y proyecto de intervención del templo se detectaron grandes grietas y deficiencias estructurales que podrían llevar a un colapso de la estructura del edificio.
Una intervención sin comprobar con criterios geotécnicos que no hay movimientos de las cimentaciones podría quedar obsoleta a medio plazo ya que el templo retornaría a su estado actual.
Por ello, se decidió realizar un estudio y monitorización de sus condiciones estructurales. ¿Cómo se realiza? Mediante la colocación en diferentes puntos del templo de sensores como extensómetros, inclinómetros o cintas de convergencia, que controlan la evolución de las grietas. Además, se añaden otras pruebas que permiten analizar los aspectos estructurales, como un georádar, una termografía y una auscultación ultrasónica, que sirven para controlar las humedades, el estado de los sillares e incluso permiten hallar puntos singulares en la cimentación o elementos de interés arqueológico. Las primeras pruebas han revelado que la iglesia no presenta movimientos estructurales diferenciales, si bien es necesario contrastar esta apreciación con mayor tiempo de análisis. Además se ha llevado a cabo una campaña de dos sondeos con extracción de testigo continuo en el entorno de la iglesia que tiene como misión el reconocimiento del terreno sobre el que se consolida el entorno del templo.